Dentro del fértil Valle de Lerma, y enmarcada por un cordón montañoso impactante, la Villa San Lorenzo aparece apenas distanciada de la ciudad de Salta, allí donde el verde se hace intenso y el camino se interna en una selva. Caracterizada por un microclima agradable, que la privilegia con veranos suaves y la dispone propicia para su disfrute a lo largo de todo el año, se constituye como un destino salteño de encanto.
San Lorenzo es reconocida en la zona por la belleza de su quebrada homónima, y por su renombre como Villa Residencial. En ella, antiguas y conservadas edificaciones con apariencia de castillos cuelgan de las laderas de las montañas como sostenidas por los manchones verdes de la abundante vegetación.
Reserva natural municipal que representa al ambiente fitogeográfico de Las Yungas, la Quebrada de San Lorenzo constituye una zona muy montañosa, cubierta por vegetación, y recorrida por un arroyito.
Propia de la Selva Montana, la quebrada se posiciona como un área distinguida ya que en toda Argentina existen sólo 250 kilómetros del tipo de selva que representa.
La flora de la Quebrada de San Lorenzo tiene cinco tipos arbóreos: árboles de diez a quince metros de altura; árboles de menos de diez metros; hierbas altas o arbustos; herbáceas que desaparecen a la sombra de las plantas más grandes; y musgo.
Esta maravillosa quebrada, pertenece a la Finca Los Maitines y debe su fama a la zamba que le dedicara el conjunto folclórico Los Chalchaleros.